sábado, 9 de junio de 2012

DEBERES DEL PERIODISTA

SERVICIO A LA VERDAD

La verdad, deber prioritario del periodista.

El deber prioritario del periodista es servir a la verdad, entregarle al público la verdad cotidiana de los acontecimientos. Por lo tanto, debe indagarlos con seriedad, comprobarlos con diligencia y divulgarlos con honestidad. El periodista ha de tener en mente que su función profesional es la de satisfacer de la mejor manera, la necesidad fundamental y el justo derecho de la sociedad a una información veraz, completa y oportuna.

El problema de la objetividad
Se habla constantemente de la objetividad en la información. Hay que descartar, con razón, el concepto de objetividad, tomado en forma absoluta, como presentación exacta, fría y completa de la realidad de un hecho noticioso.

Faltas contra la verdad

Con respecto al servicio a la verdad en el periodismo, se puede incurrir en faltas de tres maneras:

a. Por acción. Cuando de hecho y voluntariamente se presentan como verdaderos, hechos falsos, sin base alguna de realidad.

b. Por omisión. Cuando intencionalmente se silencia un hecho que debería presentarse al público, como satisfacción al justo derecho de la información.

c. Por aproximación. Cuando intencionalmente se informa o se presenta el hecho de manera tendenciosa y deformada.

Deberes éticos sobre la verdad

Los códigos de ética Insisten con razón en el deber del periodista de informar siempre con verdad, exactitud e imparcialidad, como parte esencial de su tarea de servicio a la comunidad.

Entre otros recordemos: El Código de Israel (19M) dice en su Artículo 3o. “Es función del periodista presentar al público informaciones que han sido correctamente verificadas”.

El Código Canadiense recalca: “Los periodistas dignos de este nombre deben esforzarse por obtener información exacta”.

Defensa da la libertad

Enfrenta el periodista, en su misión informativa y orientadora de la opinión pública, tres grandes compromisos de servicio al bien común:

1. el deber de servir a la verdad, 2. la defensa de la justicia en su genuino sentido y alcance social y 3. la obligación de salvaguardar en todo momento y circunstancia, su libertad de informar y opinar con verdad, integridad y rectitud. Debe ser, por lo mismo, un defensor permanente del derecho de información y de la libertad de prensa, en su más estricta significación.

Grupos de presión económica.

El más peligroso de los grupos de presión que atentan contra la libertad del periodista, es sin duda el poder económico en sus distintas modalidades y organizaciones pues poseen los más sutiles recursos para manipular al informador y a los propios órganos informativos.

Empresarios, relacionistas de entidades económicas, patronos y sindicatos buscan con frecuencia aprovechar al periodista, no para una información objetiva, sino para el logro de sus propios intereses mediante los más variados e imaginativos procedimientos de presión. Por ejemplo: distinciones en apariencia desinteresadas, favores exclusivos, viajes pagados a eventos, invitaciones a cenas y cócteles, concesión especial de pautas publicitarias, regalos y hasta evidentes sobornos. Los grupos económicos comprometen al periodista con el objeto de utilizar su poder difusor para crear en el público la imagen interesada que buscan o la cooperación a sus propósitos de negocio.

La publicidad, fuerza de presión.

Como ya lo hemos visto, la publicidad se constituye a menudo en una de las más peligrosas fuerzas de presión para desviar la necesaria autonomía del periodista. Como se sabe, la publicidad es uno de los puntales básicos en que se apoyan la vida y el progreso de un órgano periodístico. Con frecuencia s aprovecha ese poder para tratar de limitar la independencia de información y de opinión en los periodistas. Mediante las pautas de publicidad, algunos poderes económicos imponen indebidamente a periódicos y periodistas sus propios criterios utilitarios en informaciones y opiniones.

Presiones de amistad.

Se debe, por fin, incluir entre los poderes de presión aquellos que surgen del prestigio social y de los vínculos se debe tener en cuenta que el periodista está conformado por una determinada situación familiar, económica y social que inconscientemente algunas veces y en otras por indebida presión, le imponen condicionamientos, contra los cuales el periodista debe luchar para mantener su independencia.

Frente a los lectores

Surge finalmente frente a la libertad del periodista la sutil presión de su público lector, oyente o televidente. Es una relación delicada que el periodista debe aprender a manejar con tino y responsabilidad, sin cobardes contemporizaciones pero tampoco sin afán impositivo. Aun que su misión fundamental es el servicio del pueblo y como lo afirma, J. Gordon Bennet, “debe estar él, pensar con él, sentir con él y no temer nada, más siempre ser correcto, firme y sobre todo libre”.

Concepto de responsabilidad

El concepto de responsabilidad surge necesariamente del ejercicio de la libertad. Según el principio clásico de la libertad, formulado por Kant: “La libertad consiste en la facultad de elegir conscientemente. Un hombre, no es libre y por lo tanto no es responsable, sino tiene la facultad de elegir”. Conciencia y libertad de elegir son, pues, la base de la responsabilidad

Sin la elección y la actuación libre, la persona no tendría responsabilidad alguna y sus actos, por lo mismo, carecerán de valor ético

Deberes con la empresa en la que trabaja

Deberes consigo mismo

Deberes con la sociedad

Deberes con la profesión

Deberes que impone el sentido de responsabilidad

La conciencia de responsabilidad que la comunicación social y el periodismo imponen lleva a deberes que el periodista ha de esforzarse por cumplir y al fomento de virtudes necesarias para su labor. Entre otros:


Que lindas apreciaciones ojala algunos la entiendan...

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